Acogiendo a Jesús están los pastores.

El Papa Francisco, en la Misa de la solemnidad de Navidad del 24 de diciembre de 2018, recuerda que los pastores "fueron sin demora".

Los pastores de Belén nos dicen también cómo ir al encuentro del Señor.

Ellos velan por la noche: no duermen, sino que hacen lo que Jesús tantas veces nos pedirá: velar (Mt 25,13; Mc 13,35; Lc 21,36).

Permanecen vigilantes, esperan despiertos en la oscuridad, y Dios «los envolvió de claridad» (Lc 2,9).

Esto vale también para nosotros.

Nuestra vida puede ser una espera, que también en las noches de los problemas se confía al Señor y lo desea; entonces recibirá su luz.

Pero también puede ser una pretensión, en la que cuentan solo las propias fuerzas y los propios medios; sin embargo, en este caso el corazón permanece cerrado a la luz de Dios.

Al Señor le gusta que lo esperen y no es posible esperarlo en el sofá, durmiendo.

De hecho, los pastores se mueven: «fueron corriendo», dice el texto.

No se quedan quietos como quien cree que ha llegado a la meta y no necesita nada, sino que van, dejan el rebaño sin custodia, se arriesgan por Dios.

Y después de haber visto a Jesús, aunque no eran expertos en el hablar, salen a anunciarlo, tanto que «todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores».


1 Comment

Maria sanchez · 28 de diciembre de 2023 at 7:33 AM

Quien conoce a Dios, sale a anunciarlo.

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