50 Rosas para María
Sabías que cada cuenta del Rosario es una rosa que le damos a María? A nuestra mamá del Cielo le gusta mucho que le regalemos estas rosas, que son cincuenta avemarías.
Hace mucho tiempo, en España, había un sacerdote muy bueno. Su nombre era Domingo de Guzmán y quería mucho a la Virgen. Pero él estaba muy triste, porque mucha gente donde él vivía, no era católica y decía cosas falsas y malas sobre la Virgen. Por eso, Domingo les pedía que no dijeran tales cosas y les predicaba la verdad. Pero no le hacían caso, y él se dolía cada vez más de que así se ofendiera a su Madre.
Pero un día, mientras pensaba cómo podía convertir a esas almas, la Virgen se le apareció y le dio un Rosario, y le dijo que esa era el arma más poderosa para convertir a los pecadores y acercarlos a Jesús. Luego, María le enseñó a rezar el Rosario y le explicó que al rezarlo, obtenemos de Dios todo lo que pedimos.
Desde aquel entonces, santo Domingo rezó el Rosario todos los días y lo enseñó a rezar a muchísimas personas, y así convirtió a casi toda la gente de aquel lugar.
Luego de muchos años, la Virgen se volvió a aparecer, pero esta vez a los pastorcitos de Fátima, y además de enseñarles a hacer sacrificios, les recordó que ella quiere que recemos el Rosario todos los días, en especial por los pecadores, para que no se vayan al infierno, y por la paz en el mundo. Los pastorcitos se lo tomaron bien en serio, y rezaron el Rosario siempre, y algunos días hasta dos o tres veces.
Otro gran santo a quien también le gustaba mucho rezar el Rosario, era san Juan Pablo II. Él fue un gran Papa y quería a la Virgen muchísimo. Aunque tenía muchas cosas importantes que hacer, rezaba el Rosario todos los días, porque era su oración preferida.
Nosotros también tenemos que rezar el Rosario diariamente, porque aquellos que lo rezan tienen asegurada la entrada al Cielo. Mientras más recemos esta oración, más amaremos a la Virgen María y seremos sus mejores esclavos e hijos.
Tú no te olvides nunca de rezarlo y, sobre todo, rézalo en familia, junto con tus padres, hermanos y amigos.