NOCHEBUENA – Vísperas de la Navidad

ESPERANDO A JESÚS
Hoy sabréis que viene el Señor, y mañana contemplaréis su gloria

De modo muy especial y extraordinario, la vida de la Virgen está centrada en Jesús. Lo está singularmente en esta víspera del nacimiento de su Hijo. Apenas podemos imaginar el recogimiento de su alma.

MARÍA conserva y medita. Sabe de ese recogimiento interior en el que es posible valorar y guardar los acontecimientos, grandes y pequeños, de su vida.

Y nos alienta en esta víspera del Nacimiento de su Hijo a no dejar jamás la oración, el trato con el Señor.

Contemplamos a José muy cerca de María, lleno de atenciones y de delicadezas hacia Ella. Jesús va a nacer. Él ha preparado lo mejor que ha podido aquella gruta. Le pedimos nosotros que nos ayude a preparar nuestra alma, a no estar dispersos y distraídos cuando tenemos tan cerca a Jesús.

A este momento, final del adviento, nos hemos estado preparando desde la contemplación, la conversión, el asombro, la oración y con la compañía de María y José.

¡Bendita sea esta noche! ¡Noche santa y dichosa!

Que Jesús, en las primeras horas de Su presencia en medio de nosotros, en los brazos de María y bajo la mirada serena de José, nos haga renacer en nuestra fe.

Que en esta noche santa, sepamos acercarnos a Belén. Que nos asomemos al portal, como aquellos pastores que escucharon el anuncio del nacimiento de Cristo. Adoremos al Niño Dios, ofrezcámosle nuestras vidas, dejémonos iluminar por su luz, y que nosotros nos convirtamos desde hoy en resplandores de esa luz que iluminen todo y a todos los que se encuentran a nuestro alrededor.

¡Feliz noche, Señor! ¡Bienvenido a esta tierra! Te adoramos y te bendecimos. Te amamos y creemos profundamente en Ti. Tú eres el Hijo de Dios.

Fatimazo por la Paz