Fe, esperanza y caridad: el llamado de la primera aparición del ángel en Fátima

Como preparación para las apariciones de Nuestra Señora en Fátima en 1917, el año anterior, el Ángel de la Paz o Ángel de Portugal, se les apareció tres veces a Lucia, Jacinta y Francisco, en primavera, en el verano y en septiembre-octubre de 1916. Esta oración había de resultar para los niños una poderosa introducción a la oración de intercesión por los pecadores.

El mundo estaba en guerra. El Ángel de la Paz vino a pedir las oraciones de los pastorcitos por la paz y les enseña una súplica; la primera parte son actos de FE, ESPERANZA y CARIDAD, y la segunda, actos de REPARACIÓN a Dios y de SÚPLICA por los pecadores.

Enseñándoles a postrarse, de rodillas, inclinado hasta el suelo, enseña a los tres niños la forma en que debe ser la ADORACIÓN que transforma la FE en ESPERANZA y AMOR con esta ORACIÓN:

  • Orad conmigo, dice dirigiéndose a los niños: «Dios mío yo creo, adoro espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.»

    La postura del ángel en la oración, expresa un gran sentido de reverencia por la majestad de Dios, nos recuerda la centralidad de la ADORACIÓN, como disposición interior que nos sitúa delante de Dios, misterio de gracia y misericordia.

Es una oración sencilla de adoración y de intercesión, razón por la que “nos conforma muy de cerca con la oración de Jesús” (Cat. 2634).

En la primera parte ”Dios mío; yo creo, adoro, espero y os amo” encontramos lo siguiente:

· Nos afirma en la paternidad de Dios.
· Creer es un acto de fe. Es la respuesta libre del hombre a la iniciativa de Dios que se revela.
· Adorar que es hablar hacia Dios o a Dios.
· Esperar. LA VIDA DEL CRISTIANO ES UNA VIDA DE ESPERA: esperamos que seamos transformados en este cuerpo corruptible a uno incorruptible, y así poder ser libres completamente de este cuerpo de pecado y muerte.

El contenido de la oración esboza cuatro acciones fundamentales que todos debemos hacer para tener una relación con Dios: mantener la Fe CREYENDO, el Culto ADORANDO, la Esperanza CONFIANDO y el Amor AMANDO.

Luego, en la segunda parte, la oración pide a Dios que perdone a los que están descuidando estos deberes para con Él: “pedir en favor de otro, es, desde Abraham, lo propio de un corazón conforme a la misericordia de Dios. En el tiempo de la Iglesia, la intercesión cristiana participa de la de Cristo: es la expresión de la comunión de los santos. En la intercesión, el que ora busca no su propio interés sino […] el de los demás (Cat. 2635).

“Dios mío; yo creo, adoro, espero y os amo .. os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman”. ¡Qué gran mensaje hay encerrado en esta frase!

La eficacia de esta oración solo la podemos apreciar de manera correcta, cuando la entendemos como el cumplimiento de los dos mandamientos más grandes del amor: amor a Dios y amor al prójimo.

Si comprendemos esto, entonces ya no nos admiraría, que los niños, por medio de esta oración, que rezaban por horas enteras, hicieran tanto progreso en las virtudes y en la santidad.

Y es que cada uno de nosotros tenemos al alcance la gracia de Dios, que nos capacita para
esforzarnos heroicamente en el amor, y un manera simple de ejercitarlo es con esta oración.

Esta oración es tan breve, que la podemos rezar muchas veces durante el día, como una jaculatoria, unidos a nuestro Ángel Custodio y caminar en la presencia de Dios.

Así, en esta aparición, el ángel nos enseña a abrir el corazón y buscar la salvación de la humanidad, pidiéndola con perseverancia y confianza.
RECORDEMOS: El orar por la salvación de las almas está en el centro mismo del mensaje de nuestra Señora de Fátima.

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