FÁTIMA Y LA SANTÍSIMA TRINIDAD

En el convento de Tuy, España (13 de Junio de 1929) tuvo lugar la grandiosa manifestación de la Santísima Trinidad a Sor Lucia.

Sor Lucia se encontraba en adoración reparadora de medianoche en la capilla del convento cuando sobre el altar apareció una Cruz de luz, en la parte superior de la Cruz, una cara de hombre con el cuerpo hasta la cintura, sobre el pecho una paloma también de luz, y pegado a la Cruz, el cuerpo de otro hombre.

Un poco más abajo de la cintura, suspendido en el aire, se veía un cáliz y una Hostia grande, sobre la cual caían algunas gotas de sangre que corrían por el rostro del Crucificado y de una herida en el pecho. Deslizándose por la Hostia, esas gotas caían dentro del Cáliz. Bajo el brazo derecho de la Cruz estaba Nuestra Señora con su Inmaculado Corazón en la mano.

Bajo el brazo izquierdo, unas letras grandes, como si fuesen de agua cristialina que corriesen hacia lo alto del altar, formaban estas palabras:

“Gracia y Misericordia”

Escribe Sor Lucia en sus Memorias: “Comprendí que se me estaba mostrando el misterio de la Santísima Trinidad”.

La visión apareció “sobre el altar” del convento: es un recordatorio vívido del contacto de los fieles con las realidades de nuestra salvación cada vez que participamos en una misa en unión con la Santísima Trinidad y la Santísima Madre, que comenzó su misión al consentir su papel en la Encarnación.

TOTUS TUUS MARIE!
Fatimazo por la Paz.

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